sábado, 11 de septiembre de 2010

Poema corto

Apagué mi vela y me entregué a la obscuridad.
Sentí la obscuridad abalanzarse sobre mí,
presionándome hasta el punto de casi aplastarme.
Los pensamientos se precipitaron sobre mi mente.
¿Por qué estaba yo, sólo al fin, en esta obscuridad?
"Se nace y se muere sólo"...
¡Bah!, qué hastío.

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